viernes, 3 de enero de 2020

Mi último examen


Como hace tiempo que no escribo nada aprovecharé para contar una historia que me ocurrió hace unos cuantos años que he titulado “Mi último examen” bueno mas que examen fue un test psicotécnico.

En una temporada que estaba en paro el INEM me ofreció trabajar para la SEAT, como desconocía si rechazar un trabajo podría acarrearme consecuencias decidí aceptar y someterme al proceso de selección.

Trabajar en la SEAT me daba cero perspectivas de futuro, es como cuando mi hermana me recomendó que trabajase en la Miniwatt de la Philips de mi barrio, como si tal curro fuese una bicoca que me iba a solucionar la vida, solo deciros que actualmente el edificio que ocupaba dicha empresa es la tienda de deportes WALA y no es porque la Miniwatt se haya trasladado de lo bien que le iban las cosas.

Pues con estas me encontré que un día me llegó una carta informándome de que había sido seleccionado para realizar una prueba y del lugar donde tenia que ir para hacerla, por suerte dicho sitio se encontraba a UNA manzana de mi casa, que menos, ya que me hacen madrugar (8:30) al menos se portan y me lo ponen cerquita.

Bueno, una vez llegado el día y al lugar nos explicaron que el curro era en la cadena de montaje de Martorell (yo que lo mas cerca que he estado de una cadena es la cadena del  water) y el horario (turnos rotatorios de mañana, tarde y noche).

Posteriormente  nos pasaron el test psicotécnico, en ese momento ya había decidido que ese curro no era para mí, pero aun así me puse a hacer el examen más que nada por entretenerme un poco. Este cuestionario era un rebuscado compendio de preguntas para descubrir posibles sindicalistas o culturetas infiltrados con cuestiones mas o menos como estas “¿Cuándo estas en un bar con un grupo de personas eres de los que mas hablan?”  “Entre un cuadro y una llave inglesa, ¿que prefieres?” en esta me plantee poner una anotación aparte que pusiese “Si el cuadro es de arte figurativo abstracto me quedo con la llave” o  “Depende lo que valga el cuadro”… Dichas preguntas se repetían “astutamente” durante el test…

Dado que lo que buscaba era suspender la prueba respondí a piñón, el examen en teoría tenia que durar hora y media y me lo estaba puliendo en cuarenta y cinco minutos, todo iba viento en popa hasta que me percate que alguien se me acercaba poniéndose a mi lado, el sujeto en cuestión era un joven inmigrante que con un paupérrimo castellano me pedía que le dejase copiar el examen. Claro, el chaval se debió percatar que en el aula había un tipo con gafitas de empollón que respondía las preguntas como si fuera una ametralladora de sabiduría y debió pensar, “me pongo al lado de ese, me copio y me aseguro el futuro”, lo que te aseguraste fue un futuro en la cola del paro chaval…

Con esas que iba a hacer yo, si le dejaba copiar estaba condenándolo a un suspenso asegurado, pero, ¿qué hacer? ¿decirle que no y encima de parecer empollón parecer un empollón repelente? Luego me esperaría en la calle e igual me pegaba, y ya me imaginaba la escena, yo en el Paseo de la Zona Franca recibiendo las collejas del sujeto mientras le suplicaba clemencia con frases como “No me pegues, que llevo gafas”…

Por su propio bien decidí que tenia que evitar que siguiese parasitando mis conocimientos, opté entonces por acabar cuanto antes respondiendo lo más rápido posible a las preguntas casi sin mirarlas, y él copiaba cada vez más rápido las respuestas, hasta que finalicé el examen y me fui mientras me ponía una cara de “¿por qué te vas?”.

Semanas  después me llego una carta donde se me indicaba que no había superado las pruebas y que mi perfil no encajaba. Que sabrán ellos, los que bien me conocen saben que los trabajos manuales se me dan de maravilla pero lo de levantarme a las 5 de la mañana para irme a la SEAT de Martorell ya era pedir mucho…

Dicho esto supongo que el destino de mi amigo el copión no fue trabajar en SEAT, se lo tiene bien merecido por hacer trampas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario